sábado, 21 de junio de 2008

EL PIANO Y SU TRISTE MELODIA


Entré en aquella sala a penas iluminada con aquel vestido de gala comprado para la ocasión aunque tú no debías enterarte. Tela roja, firme, rodeaba mi cuerpo acentuando cada una de mis curvas, apretándome la circulación.

Al cerrar la puerta tras de mí, una suave brisa empujó la tela que caía de aquella pequeñísima falda, sintiendo también una agradable brisa por entre mis muslos.

Me esperabas justo al otro lado de la habitación. Me deleité unos segundos sin querer, observaba tu figura. Vestías con un elegante traje negro que me volvía loca… Y lo sabías.

Mis labios ardían...

Y comenzaste a avanzar hacia mí, poco a poco, firmemente. Sentí el eco de tus pasos retumbando en mi sien.

Estábamos completamente solos. Tan sólo era testigo de nuestro encuentro un viejo piano, en el lado derecho de esa grandiosa habitación.

Agaché un segundo la vista, y cuando volví a mirar al frente una sonrisa delató mi semblante. Mi mirada sólo quería penetrarte y descubrirte…

Yo también empecé a caminar hacia ti, no podía esperar más a rozar tu piel…

Mis pasos eran algo más rápidos aunque menos firmes, estaba temblando...

Y llegamos al centro de la sala. A cero quilómetros de tí, después de haber vencido más de mil.

Te tenía delante… Alargaste tu brazo hasta que tu mano topó con mi cabello y deslizaste tus dedos por él como tantas veces lo había imaginado.

Cerré los ojos lentamente inclinando la cabeza hacia tu brazo… ¿Eras de verdad…?

Nos miramos. Y la total oscuridad de pronto nos empapó. Nuestros labios estaban peligrosamente cerca mas no veía, sólo sentía… Te sentía.

Entre abrí los labios, deseando que los tuyos rozaran por fin los míos. Mi respiración cada vez se aceleraba más… Y tú podías notarlo. Sin distanciarte un centímetro, noté como tus manos se posaron sobre mis costillas y se dejaron caer lentamente hasta mi cintura. Y me enganchaste a ti. Nuestros ombligos ahora podían besarse.

De pronto una nota sonó. Los dos miramos hacia el sitio de donde procedía el sonido, sin mover nuestros cuerpos. El viejo piano. Otra nota siguió a la primera… Y así empezó a sonar una melodía que al parecer, conocíamos los dos. Las primeras notas fueron tiernas… Pero pronto la melodía cambió, todo cambió; vestuario, luz…

Empezamos a deslizarnos por la sala uno junto al otro, bailando nuestra melodía, bajo una luz muy tenue, como dos hojas empujadas por el viento… Mientras que la garra y el deseo se hacían con nosotros.

Me diste media vuelta. Mi cóccix acariciaba la cremallera de tu pantalón. Una mano tuya se deslizó con fuerza entre mi pecho, separando con maestría la cinturilla de la falda de mi piel, quedándose dentro… Tus dedos subían y bajaban por mis muslos. Jugabas conmigo.

Incliné la cabeza topando con tu hombro, no podía estarme quieta. Entonces bajaste la cabeza hasta que tus labios quedaron a la altura de mi nuca. Escuché tu respiración entrecortada y a la vez profunda.

Una diminuta prenda de lencería resbaló por mis piernas. Aquella mano juguetona descubría mi sexo a la vez que tú te deleitabas viéndome enloquecer.

La cumbre incipiente de la melodía que sentíamos nos hacía volar. Notas intensas...

Tus labios rozaron mi cuello furtivamente, estaban húmedos. Tenías aún otra mano que pronto supo encontrar su papel. Tus dedos caminaron hasta encontrar uno de mis pechos. Lo sostuviste como si fuera de cristal. Parecía hecho exacto para caber en la palma de tu mano. Mis pezones delataban mi creciente excitación…

Mis caderas fueron abducidas por el demonio. Mis movimientos sin embargo no se descompasaban del ritmo de tus dedos. Y de pronto volví a dar media vuelta.

Nuestros ojos desorbitados se encontraron...

Ahora me tocaba a mí.

Sin pensarlo dos veces puse una mano en tu pecho y empecé a caminar hacia adelante, tú te moviste hacia atrás haciendo esfuerzos para no caerte. Ya cerca de mi objetivo me detuve y te di un pequeño empujón hasta hacerte topar con aquel piano…

Me mirabas con los ojos encendidos de espaldas al piano, apoyándote en él. Yo estaba ahí, quieta, observando la escena… La loca melodía llegó a su umbral y empezó a taladrarnos suavemente la cabeza…

Aquel era el momento. Me abalancé a ti. Nuestros cuerpos se podían confundir desde cualquier punto de la sala, refugiados en la penumbra de nuestras palabras y el silencio de nuestro corazón. La fuerte melodía se unía a nuestros movimientos.

De pronto sentí un frío gélido que congeló la pasión.

La música cesó.

Tu lengua quedó petrificada en mi cuello y mis piernas estáticas rodeando tu cintura.

No sentía nada. No veía nada.

No éramos nada.

Como si de una obra de teatro se tratara, las dos puertas, una a cada lado de la habitación donde nos encontrábamos, se abrieron dejando traspasar una luz blanca y espesa…

Podíamos quedarnos ahí encerrados como lo estábamos, arropados por la oscuridad, poniendo por testigo a ese viejo piano de que nos amábamos en silencio. Seguir deseándonos y saborear infinitamente nuestro mejor plato.

O podíamos separar nuestros cuerpos, y cada uno caminar hacia su propia puerta… Dejar que la luz nos ilumine, involucrar a más de un testigo, y descoser los labios de nuestros corazones para que no sólo hablasen en silencios confundidos por la penumbra de nuestras palabras, algunas dichas, muchas otras acalladas

Noté cómo nuestros cuerpos recobraban otra vez calor…

Sentí tu aliento aún revolucionado en mi cuello, y tus manos sosteniéndome por la cintura. Mis piernas seguían rodeando tu cuerpo, pero ya no te apretaban.

Nuestras miradas volvieron a encontrarse por última vez. Podía vivir en tus pupilas... Empezamos a separarnos lenta, lentamente…

Uno frente al otro, de pié, inmóviles por segundos.

Tus pasos miraban ya hacia la puerta, te seguí con la mirada.

La luz blanca inmaculada se te tragaba…

Y mis pasos me llevaron hasta la otra puerta, la que yo misma había cerrado a mis espaldas no hace tanto tiempo. La luz invitaba a ser acariciada…

Las dos puertas se cerraron a la vez. La sala quedó vacía, la melodía lloró sus últimas notas. La habitación se deshizo en nuestra retina… Ahora podríamos vivir en la luz.




Edalie.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Lorena se acomodó en las almenas semiderruidas de la torre,bajo la luz de las tres lunas,en silencio.Estuvo allí un buen rato,pensando,hasta que una presencia se acomodó junto a ella,sin un solo ruido.Esperó a que se marchara,pero no sucedió nada.Entonces él rompió el silencio
-Bonita noche¿eh?-preguntó algo incómodo

Anónimo dijo...

-¿Que haces aquí?-preguntó de malas maneras.
-¿Acaso no tengo derecho yo también a contemplar las lunas?
-Puedes mirar las lunas en cualquier otra parte,este es mi sitio.
-Ah¿sí?¿y quién lo dice?
-Yo lo digo.
-¿Y solo por que tú lo digas los demás tienen que obedecer tus órdenes?¿Quién te has creído que eres?

Anónimo dijo...

-No,¡¿quién te has creído tú que eres para invadir el espacio de los demás?
Sin darse cuenta se habían ido acercando hasta casi tocarse,con los ojos de cada uno fijos en los del otro
-Escucháme bien,señorito listillo,no tienes ningún derecho a...
Entonces se dio cuenta de que estaba acorralada junto a la pared y de que Eloy la miraba de una manera extraña
-¿Qué...?

Anónimo dijo...

Sus palabras fueron selladas por los labios del muchacho,que se inclinó de golpe para besarla.
Al principio se quedó un poco sorprendida,pero luego le resultó tan agradable que se dejó llevar y le echó los brazos al cuello.Cuando se separaron,ella dejó escapar un pequeño suspiro.Se quedaron así,abrazados
-Eloy...
Silencio
-Eloy...no deberíamos estar haciendo esto.Soy...un...híbrido semidivino y tú eres...bueno...un humano...
Silencio
-Ojalá...pudiéramos estar juntos,de verdad...-murmuró con los ojos húmedos
Al estar abrazados,Lorena no pudo ver la leve sombra qu cruzó el rostro del joven...la sombra de la mentira.


¿Qué?¿Cómo me quedó?A lo mejor está un poco cursi,pero a mi me gusta...por cierto,me encanta tu blog;D,ciao

Edalie dijo...

Jo siento haber tardado en leer esto tanto, es que a esta parte del blog la veos bastante poco.
La verdad es que me ha encantado el texto, es más me he quedado con la cosilla de saber algo más de los personajes =P
Bueno espero que leas esto, besitos!!! =D

Anónimo dijo...

¡Gracias Edalie!
Me alegro que te halla gustado ^^
Me encanta tu blog,¡te sigo!
¡Sé feliz!

Unknown dijo...

SEGÚN LAS ESTADÍSTICAS, TÚ ENLACE ESTÁ RESULTANDO PROVECHOSO. GRACIAS